La palabra española ordenador
proviene del término francés ordinateur, en referencia a Dios que pone
orden en el mundo ("Dieu qui met de l'ordre dans le monde").1 En parte por cuestiones de marketing,
puesto que la descripción realizada por IBM
para su introducción en Francia en 1954 situaba las capacidades de actuación de
la máquina cerca de la omnipotencia, idea equivocada que perdura hoy en día al
considerar que la máquina universal de Turing es capaz de computar
absolutamente todo.2 En 1984, académicos franceses
reconocieron, en el debate "Les jeunes, la technique et nous",
que el uso de este sustantivo es incorrecto, porque la función de un computador
es procesar datos, no dar órdenes.3 Mientras que otros, como el catedrático
de filología latina Jacques Perret, conocedores del origen religioso del
término, lo consideran más correcto que las alternativas.1
El uso de la palabra ordinateur
se ha exportado a algunos idiomas de la península Ibérica,
como el aragonés, el asturiano, el gallego, el castellano, el catalán y el euskera. El español que se habla en Iberoamérica así como los demás idiomas europeos,
como el portugués, el alemán y el holandés, utilizan derivados del término computare.
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